Se levantó en plena noche, los
ruidos ásperos no lo dejaban dormir. Abrió la puerta con cuidado, sabía que no
estaba solo y se preparó. La habitación detrás de la puerta estaba muy oscura,
tragada por el vacío de la noche.
Los ruidos cesaron de pronto, supo
que habían oído sus pasos.
–¿Quién anda ahí? –escuchó que
preguntaban en un susurro.
Quiso hablar, pero se petrificó en
medio de la habitación sacando con cuidado las afiladas garras.
Alguien prendió la luz pero no
alcanzó a ver nada, el foco de 75 watts lo evaporó de inmediato.
Los monstruos del placard solo sobreviven
en la oscuridad.
Bueno, entonces mejor dormir siempre con una luz por si acaso...
ResponderEliminarGracias Walter y un abrazo
POr eso siempre llevo una linternita...
ResponderEliminarUn beso de luz ( o dos).
La luz tiene ese poder que nos llena de fuerzas, salvo esa que viene del otro lado del tunel.
ResponderEliminarGracias MJ
Gracias Kayla
Regresará, en la próxima noche.
ResponderEliminarSaludos, Walter.
por eso lo del "velador"... yo tengo en el mío una luz roja, que trato de dejar siempre encendida... (muy bueno walter!)
ResponderEliminarTu texto me transmitió una inversión de los miedos, no sé si es eso lo que buscaste, pero pensé que los miedos de los 'monstruos', no el de los humanos y vivos.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo y te sigo.
HD
Humberto... primero gracias por pasar y segundo, es justamente lo que pensé cuando lo escribí.
ResponderEliminarLos miedos existen en todas las criaturas, hasta en las que son una invención
Gracias Claudia, compañera circulera.
ResponderEliminarNi hablar de los que están debajo de la cama. Por eso siempre hamaca paraguaya.
ResponderEliminarLo que están debajo de la cama son más traicioneros, por ende son de quienes hay que tener más cuidado. Los del placard al menos vienen de frente.
ResponderEliminarGracias Torrante :)
Muy bueno ese cambio de perspectiva, genial.
ResponderEliminar¡Saludos!
Gracias Juanito
Eliminar:)